Comienza la segunda fase y lo hacemos fuera de casa tras el largo parón de entre fases.
Comenzamos el partido con ambos equipos igualados en la primera mitad del primer cuarto. Sin embargo, pronto comienza a romperse el partido a nuestro favor y conseguimos, mediante aciertos defensivos, correr contrataques y sumar puntos con acciones rápidas para acabar este primer cuarto con una renta de 20-13 a nuestro favor. Con el cambio de cuarto llegan los problemas y comenzamos a no ser capaces de jugar nada en ataque ni de defender en el otro lado del campo con la intensidad que nos debe caracterizar. El suelo resbaladizo no ayuda aunque el problema se extiende más allá cuando vemos reducida toda la ventaja que habíamos conseguido en el cuarto anterior en tan solo dos minutos. Este cuarto supone una bajada en la confianza importante para los jugadores que se ven, de pronto, superados en todos los aspectos del juego por el rival y no son capaces ni de jugar ordenados y sacar provecho de los ataques, ni de defender de forma fiable. La constancia en la lucha por el rebote rival también consigue ser un factor delimitante para nuestro juego ya que el rival es capaz de lanzar 2, 3, 4, 5 y hasta más veces en muchas posesiones lo que nos hace muy difícil el poder correr y jugar al ritmo que queremos en transiciones, además de lo obvio; si permites tantos tiros, la acabaran metiendo. Nuestro rebote ofensivo, a su vez, es prácticamente nulo por lo que disponemos de una sola oportunidad de tiro dentro de un contexto en el que no conseguimos jugar como nos gusta y conseguir que esa oportunidad de tiro sea óptima al menos. Además, nos encontramos con un partido de poca fortuna en el acierto de los nuestros en los tiros exteriores que hacen mella sobre las confianzas de los chavales. Toda esta cuestión dificulta muchísimo conseguir puntos y facilita la labor rival en muchos aspectos del juego en los que poco a poco vamos siendo superados. A pesar de todo, finaliza el cuarto con un 28-31 en contra disputando el partido.
Tras el descanso comienza una pequeña respuesta momentánea en los primeros minutos que consiguen empatar el partido y acercarnos a este por algunas jugadas esporádicas. Sin embargo, continúa la tónica general, sufriendo en ambos lados para conseguir rebotes, sin poder defender al nivel que debemos y sin ser capaces de jugar en ataque como nos gusta. Únicamente las defensas en zona parecen ralentizar el avance rival en el marcador aunque sin conseguir detenerlo o sacar provecho de ello y acercarnos. Con este clima instaurado llega el final del cuarto con un marcador de 39-45 y comienza el cuarto y definitivo período. Este es un cuarto en el que tras haber observado que no funciona nuestro modo de juego, decidimos apostar el all in llevando el partido a un grado más de intensidad defensiva y de velocidad ofensiva. Esto consigue al principio reducir un poco la diferencia y llega a dar alguna esperanza de victoria al equipo, sin embargo, el rival no falla y no se deja amedrentar por la apuesta realizada y acaba controlando un partido merecido.
Nos toca aprender de los errores, trabajar en ellos y entrenar intensamente para el futuro.
El resultado:
HALCONES ARROYOFRESNO - 66 * MARIANISTAS AMORÓS - 49
A por el siguiente #mirarhaciadelante #másmásmássiempremás
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